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El mundo ecologista aboga por una conciencia sobre el uso del agua y un cambio de hábitos

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Enero 2023 / 109

Fotografía
Getty images

Había una publicidad sobre el uso del agua en donde aparecía uno que decía “Total, por dos gotas”, “total por una piscina más”. Y al final decía “el total es lo que cuenta”, recuerda el arquitecto Gerardo Wadel, experto en arquitectura sostenible.
 
Si bien es cierto que en áreas urbanizadas se gasta solo el 10% de todo el consumo de agua en España, cada gota cuenta. Y es importante ser conscientes y hacer un uso racional.
 

Ducha mejor que piscina

 
Por otro lado, no todas las áreas urbanizadas son iguales. Si bien hay zonas de edificios donde la población gasta una media de 130 litros por persona y día (para lavar, cocinar, ducharse y beber), hay otras áreas, de casas unifamiliares, normalmente de más poder adquisitivo, con piscinas y jardines, cuyo consumo ronda los 500 litros, por lo que se acercan más al gasto de agricultura. Según dónde se ponga la lupa, el gasto puede ser insignificante o abultado.
 
Por supuesto, también es importante el estilo de vida, la participación ciudadana y el consumo consciente. 
 

Alimentación

 
En lo que tiene que ver con la alimentación, debemos reducir el consumo de carne. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se requieren 15.000 litros de agua para generar un kilo de granos y 10 veces esa cantidad para producir un kilo de carne de vacuno. Si es carne de oveja o cabra, la cifra baja casi a la mitad, con 9.000 litros; si es carne de cerdo, a 6.000 y si es pollo, a 4.300. 
 
Además, desde Greenpeace, recomiendan que se consuman también productos de agricultura ecológica, de proximidad, y de temporada. No calabacines o tomates en invierno, por ejemplo. No solo es para gastar menos agua, sino para marcar una señal a los mercados. 
 

Ropa usada y 'slow fashion'

 
Por otro lado, recomiendan ser más austeros con el consumo de ropa. Por ejemplo, para fabricar un solo pantalón vaquero se requieren 3.000 litros de agua, dice Intermón Oxfam. Eso, además de otros problemas derivados de la fabricación, desde el uso de tóxicos hasta violaciones de los derechos humanos. Mejor comprar ropa usada, o si se quiere nueva, que sea slow fashion, que respeta el medio ambiente y a las personas.
 
Estas medidas de conciencia en el consumo son, según el mundo ecologista, mucho más importantes que cerrar el grifo para lavarse los dientes, porque la cantidad de agua que se utiliza no tiene comparación. 
 

Datos

 
El consumo no es solo las cosas materiales que tenemos. Por ejemplo, desde Greenpeace también señalan el uso de datos en la telefonía móvil y los ordenadores. Aunque no los vemos, el almacenamiento de todos esos datos se hace en grandes almacenes con máquinas que requieren mucha refrigeración y gastan, por tanto, mucha agua.
 

Cuidar la pérdida de agua

 
Luego están las pérdidas físicas en el hogar. Los grifos mal cerrados o las tuberías con pérdidas suelen ser un lastre para el derroche de agua y para la factura.
 
También cosas muy básicas pueden ayudar, como llenar el lavavajillas y hacer duchas cortas.
Al contrario de lo que se piensa, tampoco es muy importante hacer una gran inversión en arquitectura (véase artículo aparte). Wadel agrega que, a veces, las casas más lujosas son las que más consumo hacen. Algo sencillo, como que el duchador sea de los normales y no de gran tamaño y con mucha presión hacen que baje mucho el consumo.
 

Aprovechar el agua de lluvia o ducha

 
Si se puede, si se tiene jardín o terraza, una idea sencilla es poner un cubo, e incluso una tubería en el techo, para juntar el agua de lluvia y reutilizarla luego para regar. Un cubo también se puede colocar en la misma ducha, hasta que el agua se calienta; y utilizarlo, por ejemplo, para limpiar luego.
 

Ni aceite ni toallitas

 
Por último, es importante ser consciente de las aguas subterráneas. El agua que llega a casa vuelve al sistema una vez que va a la alcantarilla. 
 
Por eso es importante no tirar aceite ni toallitas higiénicas, que se tiran muchas veces al retrete y son difíciles de tratar.