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Si la cooperativa crece, ¿qué pasa con sus principios y valores?

Las empresas cooperativas deben asegurar procesos de democracia interna a medida que se incorporan más personas

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Mayo 2024 / 124
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Las cooperativas del mundo se rigen por los principios cooperativos, cuyo origen se remonta a los pioneros de Rochdale, que en 1844 crearon la primera cooperativa.

Los principios cooperativos son siete enunciados reflejados en el funcionamiento diario de la cooperativa: 1. Afiliación voluntaria y abierta. 2. Gestión democrática. 3. Participación económica. 4. Autonomía e independencia. 5. Educación, formación e información. 6. Cooperación entre cooperativas. 7. Preocupación por la comunidad.

Estos principios fueron promulgados por la Alianza Cooperativa Internacional en 1934 y el texto se ha ido actualizando para adecuarlo a cada época.

Las cooperativas de trabajo asociado son empresas y, por tanto, su estructura es similar a la de cualquier otra. Sin embargo, su gobernanza y organización, al integrar esos principios y valores, son diferentes: las decisiones se toman de forma democrática en la asamblea general, en la que todas las personas socias tienen derecho a un voto y la distribución del retorno se realiza en función del trabajo.

Evolucionar

Como cualquier empresa, las cooperativas aspiran a ganar mercado, y asumen riesgos económicos, organizativos y reputacionales.

La incorporación de nuevas personas puede provocar incertidumbre. Esta incorporación no solo debe responder a la necesidad de incorporar nuevos perfiles; es esencial que estas personas compartan los principios y los valores del cooperativismo y que comprendan que las decisiones no se toman exclusivamente con criterios mercantiles.

Hay medios para que esta incorporación de talento se produzca de manera armónica, como la figura de los socios a prueba, los socios temporales o la más habitual: la incorporación de personas trabajadoras, que una vez se integran y se comprometen a largo plazo, pasan a ser socias trabajadoras.

Para que durante este proceso los valores no se pierdan, los máximos responsables de la empresa deben invertir tiempo en compartirlos. Las personas socias fundadoras y directivas deben ser conscientes de que sus comportamientos deben reflejar los valores cooperativos, ya que ellos y ellas son el referente.

Durante el proceso de selección es importante que se valore si la persona candidata comparte los valores. Y el proceso debe ir acompañado de programas dirigidos a reforzar la gobernanza cooperativa.

Cuando las cooperativas adquieren una cifra de negocio importante y sus estructuras crecen mucho, corren el riesgo de que las personas socias pierdan su voz, que la dirección considere que las decisiones y los retos son demasiado complejos para compartirlos. Para evitar esto, las cooperativas tienen la responsabilidad de formar a sus socios, de actualizarlos en los temas esenciales del negocio y de ser capaces de explicar los retos y las decisiones de forma clara y pedagógica.

Formar parte de un proyecto empresarial cooperativo es diferente de trabajar en una empresa, la importancia del trabajo y de la persona que lo desarrolla es mayor. Si esta esencia no se pierde al afrontar los retos del crecimiento empresarial, los valores del cooperativismo seguirán guiando el proyecto.

Más información:
www.coceta.coop

Amaya Delgado, directora de COCETA

Cristina Verdú, área jurídica, de Asesoramiento y Proyectos de COCETA

Este artículo, que forma parte del Projecte Singular Edu-Coop a favor de la formación y el emprendimiento social, ha sido promovido por el Programa d’Economia Social del Departament d’Empresa i Treball de la Generalitat de Catalunya y ha sido financiado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social de España.

 

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