Heridas abiertas de la era Thatcher

Este es el contexto de la exitosa serie de la BBC Sherwood, en la que llama la atención que se hable con tanta naturalidad de cómo Margaret Thatcher, en su afán por desinflar el sindicalismo y por llevar adelante su cruzada privatizadora y desreguladora en el Reino Unido, atizó el fuego en los grandes conflictos industriales; sobre cómo provocar la discordia podía servir para que la policía, el orden y la seguridad aparecieran como solución. Todo ello en un lugar muy concreto: una población  minera fracturada entre familias a favor de la huelga determinadas a no "arrodillarse" y familias que declaran que no se pueden permitir "dejar de trabajar", protegidas por agentes locales y, después, por otros enviados desde Londres, que se imponen por la fuerza.

Es un choque social frontal ocurrido en la primera mitad de la década de 1980 que, dos décadas más tarde, espesa todavía el aire en el pub, termina con frecuencia en miradas de odio y en insultos por la calle y hasta interfiere en los enamoramientos inoportunos de la generación más joven si conciernen a bandos distintos. Es la radiografía de esta tensión lo que resulta magistral, más que la trama, y junto con el loado trabajo de actores y actrices.

Aún llama más la atención que una reconocida serie de la tele pública del Reino Unido aborde sin tapujos la infiltración de agentes del Gobierno —espías, policía política, vamos— para tener ojos en la vida del pueblo y seguir los movimientos de los sindicalistas. Alguno se quedó, se casó y tuvo hijos que desconocían su identidad.
 

Inpirada en hechos reales

Llama la atención, sobre todo, porque esta serie de ficción se inspira en hechos reales —el asesinato en 2004 de un líder sindical, Keth Frogson, que sospechaba de la infiltración de agentes, y el asesinato de Chanel Taylor, poco después— en una atmósfera parecida. James Graham, director de la serie, cuya primera temporada está accesible en Filmin, vivió en su infancia en el distrito minero de Ashfield, en Nottinghamshire. 

Estas muertes desatan la historia, que discurre entre el pasado y el presente. Los crímenes hacen aflorar el rencor, el dolor, el remordimiento y la fatiga que solo puede provocar el odio, y que encarna Julie (Lesley Manville), esposa del personaje del sindicalista asesinado Gary Jackson (Alun Armstrong). 

El bosque de Sherwood, asociado a la leyenda de Robin Hood, es el lugar donde se esconde el asesino, armado con arco y flechas. Lo peinan perros y policías, capitaneados por Ian St. Clair (David Morrisey) que con este caso, vuelve a casa y revive el pasado. 

¿Existe relación entre las muertes y el antiguo choque entre mineros? En la mente del espectador se da por hecha. Pero hay que ver la serie para descubrirlo.