Matar el dolor crónico, o simplemente matar

El OxyContin, una píldora con  los mismos efectos que la heroína y de uso incialmente restringido a enfermos terminales, se acaba recetando para dolores crónicos de espalda o cualquier parte del cuerpo. Las ventas del medicamento se disparan, con la infiltración en la autoridad sanitaria (la FDA, en Estados Unidos) y la connivencia de parte de la profesión médica, que se beneficia de las ganancias de la farmacéutica que lo produce al recetar más pastillas y en mayores dosis de la mano de atractivas visitadoras comerciales y de un marketing muy agresivo. Las pastillas son una fábrica de personas adictas. Hay quien las toma ya por diversión, machacadas en polvo o incluso inyectadas. Las muertes por sobredosis se disparan. Las familias protestan. La empresa culpa a los yonquis, por abusar. Edie Flowers, investigadora federal, va a por la cúpula de la farmacéutica Purdue, presidida por Richard Sackler. Su victoria judicial resulta ser más agria que dulce. Purdue se declara en bancarrota.

Una triste historia real

Es la historia que cuenta la miniserie Painkiller (Medicina letal) accesible en Netflix. Y se trataría de una interesante y recomendable propuesta de buenos y malos (muy malos y muy ricos) si Purdue y su presidente, Richard Sackler, no existieran en la vida real ni hubieran sido clave en la crisis de los opiáceos desatada en EE UU en las últimas décadas. 

Al inicio de cada uno de los seis episodios, familiares de adictos con nombre y apellido fallecidos por sobredosis recuerdan que el corazón de la historia no es ficción. Más de 300.000 personas han muerto en los últimos 20 años por sobredosis de pastillas como OxyContin y, recuerda la serie creada por Micah Fitzerman-Blue y Noah Harpster y dirigida por Peter Berg, ningún miembro de la familia Sackler ha sido condenado por ello. La actriz Uzo Aduba interpreta a la figura de Edie Flowers, un compendio de investigadores reales.

La historia de Sackler, que en la pantalla encarna Matthew Broderick, se inspira en el libro de Barry Meier Pain Killer: un imperio del engaño y el origen de la epidemia de opioides de Estados Unidos y en el artículo de Patrick Radden Keefe La familia que construyó un imperio del dolor, para The New Yorker. 

Crisis convertida en filón

Netflix entra así sin piedad (para la empresa farmacéutica) en la saga de productos audiovisuales que en los últimos años han abordado la crisis de salud pública ligada a los opiáceos. Especialmente impactante ha sido Dopesick, que emite Disney+, y que narra la historia de la familia Sackler. Incluso un médico (ficticio) que protagoniza Michael Keaton se vuelve adicto. Y, por supuesto, el documental de HBO El crimen del siglo.