Los 'likes' no pagan facturas

Los recuerdos de la infancia del pequeño Daniel Ek —un programador informático talentoso, ambicioso e introvertido— se iluminan cuando su madre le saca a bailar. La música le transmite sensación de “libertad”. Ek será el cerebro de Spotify, plataforma de música que, en The Playlist, se presenta como la gran solución a la piratería.

En los primeros compases se diría que estamos ante una miniserie de encargo para ensalzar el proyecto que ha pasado a dominar el mercado de la distribución musical en el mundo. Como repite más de un personaje en varios de sus episodios: la música no puede ser un lujo, es un servicio tan necesario como el agua o la luz. ¿No se merecía algo mejor que un sitio pirata?

Sin embargo, la gracia de la miniserie, que desde luego la tiene, es el hecho de que cada capítulo cuenta la historia desde el particular punto de vista de personas clave que posibilitaron el éxito de Spotify, incluso en diálogo con el público. Es ahí donde The Playlist cobra interés.

La voz de Bobby T

Así, emerge la visión ganadora del fundador, pero también la locura entusiasta del inversor capaz de apostarlo todo a una idea hasta el último céntimo. Aparece la asesora legal de un bufete de abogados de renombre consciente de que para sobrevivir en el capitalismo hay que pactar con el sistema (léase discográficas). Y también el tecnólogo cofundador sumido en la decepción, el traicionado, ante modelos híbridos entre el universo de la gratuidad y el modelo premium. En especial, alza la voz la cantante que, pese a ser descubierta, admirada y apoyada por Ek, acaba en cabeza de las manifestaciones de artistas contra "la explotación" a la que les somete Spotify (muchos ganan 12 dólares al mes y lidian con bajadas de cuotas). No se pagan facturas con “me gusta”, espeta este personaje de ficción, Bobby T, que pide una tasa fija de reproducción por escuchar cada canción reconocida por ley. [Valga decir que el proyecto Justifay, una comunidad de streaming musical que plantea un reparto ético de royalties, coimpulsado por Alternativas económicas, va en esta dirección.] 

Convincente es el retrato del comportamiento de los pesos pesados del mundo discográfico, empezando por Sony, que, como la banca, (casi) siempre ganan, al menos frente al artista; el movimiento pro pirata (Pirate Bay) que reclama acceso libre a la música en nombre de la gente (que no del olvidado músico) y los dilemas internos (con desgarros de amistades incluidos, replicables en la cúpula de otros gigantes tecnológicos) de una start-up que sueña con un negocio de escala global sin perder todas las plumas de su pureza inicial. Recomendable antes de escuchar una canción en Spotify.