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Socialismo o barbarie

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Junio 2023 / 114
Ilustración Darío Adanti

Ilustración
Darío Adanti

Socialismo o barbarie fue un grupo revolucionario francés creado en 1948 por Cornelius Castoriadis. Duró apenas 20 años, nunca tuvo más que unas docenas de miembros (todos intelectuales afectados por el psicoanálisis) y sufrió tantas escisiones que nunca llegó a saberse bien quién estaba dentro y quién estaba fuera. Se trató, en cierta forma, de una caricatura de los movimientos marxistas teóricos. Aquí no me da tiempo a explicar su entretenida peripecia, pero lo de “Socialismo o barbarie” viene muy bien para definir el panorama de las próximas décadas.

Intentaré explicarme. Una de las tareas fundamentales de un sistema económico consiste en asignar recursos (limitados por definición) para cubrir las necesidades de la sociedad (ilimitadas por definición). En general, damos por supuesto, ya que vivimos en el marco del capitalismo, que eso se hace fijando precios a través de la oferta y la demanda. Pero no es del todo así. El estado del bienestar constituye un elemento corrector que aplica, más o menos, aquel viejo ideal marxista: de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades.

La sanidad pública, por ejemplo, proporciona cirugías complejas o medicamentos carísimos a quien los necesita, sin considerar aportaciones previas. Y los órganos para trasplantes no salen a subasta, sino que se asignan según una lista de espera. Esto lo explica muy bien el profesor Félix Ovejero: hay bienes a los que se atribuye una importancia excepcional y se dejan fuera de las leyes del mercado.

Los mejores genes

Se acerca una época en la que bienes de consumo esenciales y hasta ahora relativamente abundantes, como el agua, empezarán a hacerse escasos. ¿Cómo los asignaremos? ¿Solo los ricos podrán ducharse y regar las plantas? ¿Qué pasará con la agricultura? Y eso es solo lo más obvio. ¿Cómo organizaremos la manipulación genética en los humanos? Eso llegará, no lo duden, y la cuestión será si permitimos que los ricos dispongan de los mejores genes (salud e inteligencia), porque podrán pagarlos, y los pobres sigan dependiendo del azar natural.

En un futuro ya adivinable tendremos que decidir cuántas cosas dejamos fuera de la balanza de la oferta y la demanda (o sea, la subasta) y a quién corresponde la tarea de asignarlas. Normalmente será el Estado: la opción socialista. La otra opción es dejarlo todo en manos del mercado. Y de ahí el título: socialismo o barbarie.